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Active Liquidity Management: la solución anticrisis del tesorero

By Kyriba

El alcance y la profundidad de la crisis provocada por la pandemia COVID-19 no tienen precedentes: todo está parado. La incertidumbre con que vivimos ya es la norma y se podría decir que la amplitud de la perturbación es más profunda y más fuerte que todo lo que hemos conocido hasta hoy. Nadie puede librarse de la realidad de la situación. Esta pandemia nos afecta a todos.

El mundo de la finanza también se vio trastornado. Además del trabajo a distancia, el impacto es profundo. Sin embargo, con la pandemia COVID-19, el principal protagonista de la crisis al que todos necesitan, es el tesorero. Los Consejos de Administración, los Directores Generales y los Directores Financieros tienen la mirada clavada en la evolución de su liquidez porque, si la tesorería empieza por la gestión del cash, sus actividades se extienden mucho más allá. Para estar seguras de sobrevivir a largo plazo, las organizaciones deben tener un perfecto dominio de su liquidez, desde la previsión precisa de los ingresos y de los pagos de los clientes entrantes, pasando por la identificación y la atenuación de riesgos, hasta la mejora de los controles y la prevención del fraude, y la búsqueda de medios innovadores para preservar los flujos de tesorería operacionales. Individualmente, ninguna de esas actividades optimiza el rendimiento. Administradas en su globalidad, permiten obtener una visibilidad en 360° del impacto de la crisis, así como de los recursos y las necesidades profundas de la empresa. Así, administradas de manera global y proactivas, esas actividades permiten a la Dirección General seguir tomando decisiones durante los reiterados episodios de crisis y seguir encontrando soluciones para financiar las necesarias adaptaciones, como la disminución de una actividad o una reorientación temporal. Denominada Active Liquidity Management, esta optimización de la gestión de tesorería es un factor de sobrevivencia a largo plazo. El tesorero ya representaba una activo en una empresa. En adelante, se considera como el piloto de la organización.

Lo que nos muestra la crisis acarreada por la pandemia COVID-19, es que la transformación de la actividad tradicional del tesorero en Active Liquidity Management ya no es opcional. Los que no están equipados para gestionar activamente su más precioso recurso financiero, o sea la liquidez, pagan el precio de una falta de información y de recursos que puede resultar decisiva y pone en peligro la supervivencia de la empresa. Ya pasó la época en que la tesorería estaba relegada al papel de apoyo administrativo. A lo largo de esta pandemia, la posición de la función tesorería ha evolucionado porque la información utilizada por los decisores procede de la tesorería, tanto más cuanto que las organizaciones concentran la liquidez que es el elemento vital de su empresa.

El año pasado, Jean-Luc Robert, Director General de Kyriba se refería al oficio de Chief Liquidity Officer1 en las empresas que ya practican la gestión de la liquidez activa. Basándose en décadas de experiencia, considera que ese modo de gestión tiene futuro: una creación de valor sigue sacando partido de todas las fuentes de liquidez de la empresa. Ya no se trata de un canal, sino de una red interconectada que garantiza la visibilidad, el traslado, la protección y el crecimiento de la liquidez.

Puesto que va mucho más allá del mandato del tesorero, el Active Liquidity Management puede resumirse como una actividad que tiene por objetivo identificar y orquestar activamente todas las fuentes de liquidez en la empresa, y proteger el elemento vital de la organización –el cash– durante los buenos momentos como en tiempos de crisis. Para numerosas organizaciones, el cambio de paradigma cataclísmico engendrado por la pandemia COVID-19 reforzará la necesidad de hacer evolucionar la tesorería desde su papel tradicional de depositario transaccional de la liquidez hacia una función más activa, prominente y estratégica cuyo objetivo principal consistirá en gestionar de manera óptima la liquidez de las empresas. Replantearse el papel tradicional de la tesorería como Active Liquidity Management necesitará una reorientación organizacional, inversiones y una nueva carta estratégica.

Es una de las principales enseñanzas que se pueden sacar de esta crisis. Las empresas tendrán que aprovechar la oportunidad para asegurar su éxito y su resiliencia a corto plazo (fase de desaceleración y de supervivencia) y a largo plazo (reactivación y después fase de crecimiento). A pesar de las turbulencias actuales, el futuro es prometedor, en particular para los que saben sacar las buenas conclusiones y hacerse con el control financiero de su destino.

Para saber cómo sacan partido las organizaciones del Liquidity durante esta pandemia y cómo siguen generando valor, suscríbase a nuestro próximo seminario web, “In the Midst of Crisis: Why CFOs are Demanding Active Liquidity.”

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